jueves, 27 de octubre de 2011

REFLEXIONES SOBRE LA SANIDAD EN ESTADOS UNIDOS II

The Commonwealth Fund, organización, formada por expertos del campo de la gestión sanitaria esadounidense, que tiene como objetivos la promoción de un sistema sanitario de calidad, accesible a todos los norteamericanos y asequible, publica esta semana el National Scorecard on U.S. Health System Performance” (cuadro de mando del desempeño del sistema sanitario en Estados Unidos ) correspondiente a 2011. Este estudio  pone al día una serie de datos sobre la salud de la población y sobre la calidad, accesibilidad, eficiencia y equidad  de la asistencia sanitaria prestada en el periodo anterior a las reformas del sistema (2007-2009).
El informe ha encontrado que se ha producido una mejora importante en los indicadores de calidad de la asistencia sanitaria que reflejan la adopción de iniciativas de colaboración, mejora y evaluación, pero ésta sigue fallando en sus resultados teniendo en cuenta la enorme cantidad de recursos que se consumen tanto a nivel privado como público. Analizando 42 indicadores de rendimiento, la puntuación media conseguida es de 64 sobre 100, al comparar las ratios estadounidenses con distintos benchmark internacionales. Se ha comprobado que los costes han aumentado sensiblemente, mientras se deterioraba el acceso a la asistencia, que la eficiencia del sistema se mantiene baja y que los resultados en salud fallaron en mantenerse al nivel de los benchmark, perdiéndose oportunidades de evitar enfermedades, incapacidades, hospitalizaciones y mortalidad.
En este panorama bastante desalentador destacan  que algunos rendimientos han mejorado, especialmente aquellos en que se están recogiendo y publicando los datos de desempeño a nivel nacional y en los que forman parte de campañas de mejora. Como ejemplo reseñan que se ha llevado a cabo un esfuerzo importante, enmarcado dentro de los planes de salud,  dirigido al control de la tensión arterial  y se está recompensando a los cuadros médicos que están trabajando en esta línea para mejorar la atención de esta patología y otras de tipo crónico. Esta mejor gestión de las enfermedades crónicas ha contribuido a que se produzca una reducción en el número de hospitalizaciones, aunque hay gran variabilidad a lo largo del país.
El informe demuestra, también, que:
La accesibilidad ha disminuido desde el año 2006. En el año 2010, más de 81 millones de adultos en edad laboral, el 44% de los comprendidos entre los 19 a 64 años, no estuvieron asegurados o lo fueron sólo para algunas prestaciones, en comparación con los datos de 2003 en que los afectados fueron 61 millones de adultos, el 35% de la población incluida en ese tramo de edad. Esta falta de cobertura está afectando también a las clases medias debido al alza en el precio de los seguros médicos y a los problemas del creciente desempleo.
La sanidad norteamericana ocupa el último lugar entre 16 de los países más industrializados en los indicadores de mortalidad prevenible con asistencia médica, con ratios de mortalidad prematura que son un 68% más elevados que los países con mejores resultados. Se podrían evitar 91000 muertes anuales si se alcanzasen las cifras de éstos últimos.
La asistencia hospitalaria ha mejorado en la atención a algunas patologías al utilizarse criterios de medicina basada en la evidencia en la toma de decisiones clínicas.
Los hombres mayores de 60 años disfrutan de dos años menos de vida “sana” y las mujeres 3 años menos que los que viven en los países considerados benchmark. Entre las causas pueden estar el hecho de los periodos que han sufrido durante su vida sin tener cobertura sanitaria y otros problemas de accesibilidad. Por otro lado, un 18% de los adultos en edad laboral no pudieron  trabajar por motivos de salud en el año 2010(en comparación con un 15% en  el año 2004).
Los cuidados preventivos (vacunaciones, screening de tumores, control de colesterol,…) sólo cubrieron al 50% de los adultos y sólo el 75% de los niños recibieron las vacunas recomendadas.
Un tercio de la población que necesita acceder a los servicios de salud mental no tiene acceso a ellos.
En el año 2007 el 42% de la población infantil no tenía un pediatra de referencia y en 2008 el 44% de los adultos jóvenes no tenían un médico de familia al que acudir.

El aumento de los costes está llevando a la accesibilidad y a los presupuestos a una situación de riesgo. El gasto por persona en los estados Unidos es el doble que en muchos de los países industrializados y los costes están aumentando más deprisa que los ingresos. Pronto se invertirá 1$ de cada 5$ del presupuesto nacional en asistencia sanitaria, lo que debería repercutir en tener unos mejores resultados de salud que los que se están obteniendo.
El desempeño en indicadores de eficiencia se mantiene especialmente bajo, con una nota de 53 sobre 100 en los indicadores que reflejan las medidas que se toman para prevenir la asistencia inapropiada, no integrada, las hospitalizaciones innecesarias, la variabilidad en la calidad y costes, los costes administrativos y la utilización de las tecnologías de la información. El descenso de los costes administrativos de aseguramiento a los niveles de los países que se consideran benchmark puede llegar a ahorrar hasta 114 billones de dólares al año o 55 billones si se rebajasen hasta el nivel de países con un sistema mixto público-privado de aseguramiento como el de estados Unidos.
La falta de mejora de muchos indicadores, tales como los que hacen referencia a la asistencia preventiva, atención primaria y reingresos hospitalarios puede derivarse de la debilidad de la atención primaria y de la inadecuada coordinación y trabajo en equipo entre la asistencia primaria y hospitalaria y entre proveedores. Estas lagunas destacan la necesidad de un enfoque integral del sistema en el que el desempeño se debe medir y los proveedores tienen que  ser considerados responsables de su desempeño en todo el proceso asistencial.
Para obtener un mayor valor para los recursos que se emplean en atención sanitaria plantean los autores del estudio que es  urgente tomar medidas para mejorar la accesibilidad y el desempeño.
En el Affordable Care Act, aprobada por el presidente Obama en 2010,  se han abordado muchas de las lagunas identificadas en el National Scorecard, especialmente las relativas a la accesibilidad, el control de costes y el apoyo a las innovaciones que favorezcan que la asistencia sanitaria esté más centrada en el paciente y coordinada.

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