miércoles, 3 de diciembre de 2014

CÓMO ACTUAR ANTE LOS JEFES INEFICACES


Vineet Nayar , fundador de la Fundación  Sampark  y autor de  “Employees First, Customers Second”, en HBR.org del presente mes, plantea que por su experiencia existen tres tipos especialmente ineficaces de jefes y propone sugerencias para poder trabajar con ellos:

I.- EL JEFE INDECISO.

Los jefes pueden mostrarse indecisos por múltiples razones: ser perfeccionista y no tomar una decisión hasta que no se cuenta con todos los datos posibles, encontrarse paralizados por la incertidumbre o sencillamente preferir la aparente seguridad del “status quo”. Cualquiera que sea la causa los profesionales odian a estos líderes. Una decisión pobre puede ser corregida, pero la indecisión es fatal. Nayar sugiere que para ayudar al indeciso sus colaboradores pueden:

a).- Definir antes de decidir. En lugar de pedirles una decisión se puede involucrar al líder en la definición del problema. Einstein dijo en una ocasión: “Cuando tengo una semana para solucionar un problema en apariencia de resolución imposible, dedico 6 días a definirlo y luego la solución es obvia”. Una forma segura de acercarnos a una decisión es hacer numerosas preguntas. De esta forma se le abren al jefe nuevas perspectivas y puede sentirse más cómodo al tomar una decisión.

b).- Forzar el primer paso. Las grandes decisiones se pueden dividir en otras más pequeñas. El psicólogo Gary Klein estudió la forma de tomar decisiones de los bomberos y del personal sanitario que normalmente no tienen mucho tiempo para pensar antes de actuar. Llegó a la conclusión de que iban probando soluciones hasta que encontraban aquella que funcionaba. Mejoraban sus habilidades de toma de decisión a través de la experiencia, por lo que su primera opción  normalmente no era debida al azar, sino que era la que pensaban que iba a funcionar mejor. Por lo tanto, lo que necesitamos de este tipo de líderes es que tomen una pequeña decisión que nos permita empezar a trabajar y dar el primer paso, luego otra para el siguiente e ir poco a poco consiguiendo resultados.

c).- Generar confianza. Los jefes indecisos buscan colaboradores con los que puedan hablar antes de tomar una decisión. Podemos intentar convertirnos en esa persona en las que nuestro jefe confía para poder ayudarle a tomar decisiones sin demoras.

d).- Mantener una conversación. Celebrar una reunión del equipo con el jefe en la que se le exponga cómo su comportamiento está afectando la productividad y moral del mismo. Ser honestos pero respetuosos al hacerlo. Cuando los directivos indecisos se enfrentan a profesionales decididos tienden a tomar decisiones inmediatamente.

II.- EL JEFE INSEGURO.

Los directivos se supone que deben motivar a sus profesionales, no competir con ellos, pero con frecuencia inhiben el talento de éstos y el desarrollo de buenas ideas debido a sus propias inseguridades. Nayar sugiere que ante este tipo de jefe podemos:

a).- Comprender la causa raíz, dando un paso hacia atrás para contemplar todo el entorno. Muchas presiones, tales como el cumplimiento de los objetivos al final del ejercicio o proyectos inacabados, por ejemplo, pueden ser el origen de la ansiedad del jefe. Debemos asegurarnos de no alimentar las inseguridades de nuestro jefe actuando de forma demasiado agresiva, abordándole, por el contrario, de forma colaborativa para intentar obtener mejores resultados.

b).- Actuar con mayor transparencia. Los jefes dubitativos temen lo desconocido y para conseguir su confianza hay que actuar con transparencia, por lo que aunque requiera mayor tiempo y esfuerzo tenemos que procurar compartir con ellos toda la información que sea posible.

c).- Apreciar las fortalezas. La inseguridad frecuentemente es un reflejo de la baja autoestima, por lo que hay que intentar reforzar al jefe para que se centre en desarrollar sus fortalezas en lugar de sentirse amenazado por sus debilidades.

III.- EL JEFE “QUE TODO LO SABE”.

Algunos ejecutivos piensan que saben todo. Asumen que son los más listos del entorno, que son los únicos que están interesados en triunfar y constantemente cuentan historias de cómo han conseguido realizar cosas que parecían imposibles en el pasado. Creen, también, que sin ellos todo se vendría abajo. Estos líderes no son incompetentes, pero desearíamos que confiasen más en nosotros, nos escuchasen más y fuesen más inclusivos. El autor sugiere que ante un jefe de semejantes características podemos:

a).- Permitir que descubra nuestras ideas. Debemos presentarle nuestras ideas como si tuviésemos dudas sobre su eficacia y necesitásemos su inestimable ayuda y sabiduría para que él las termine de definir y perfilar.
b).- Canalizar la energía del jefe. Este tipo de jefes necesita novedades constantemente. Una vez que tienen una nueva idea para jugar con ella dejan en paz a sus colaboradores para que puedan hacer su trabajo. El truco consiste en encontrar áreas productivas de distracción para que la organización se beneficie de la energía del jefe.

c).- Procurar que el jefe experimente y tome contacto con la realidad.

Si, a pesar de todas estas recomendaciones, no nos sentimos con fuerzas de soportar a nuestro jefe podemos hacer lo que hizo la protagonista del siguiente vídeo:


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