miércoles, 16 de diciembre de 2015

3 REGALOS INESPERADOS DE LA ADVERSIDAD


En el boletín del 15 de diciembre del Center for Creative Leadership se plantea que el dolor afecta a todas las personas, nadie está exento de experimentar situaciones adversas y duras, pero que éstas nos pueden ofrecer posibilidades de aprendizaje y enseñarnos lecciones de liderazgo que no olvidaremos nunca.

El Centro para el Liderazgo Creativo lleva muchos años estudiando las historias  de liderazgo que se presentan a las personas en estas circunstancias y cómo los afectados aprenden de ellas. El estudio llamado “Lecciones desde la experiencia” se ha realizado durante cuatro décadas en 40 países.

En esta investigación se ha comprobado que la mayor parte de las dificultades se pueden agrupar en cuatro categorías:

1.- Contratiempos en la carrera profesional. Se producen cuando sufrimos bloqueos inesperados o indeseados en nuestro desarrollo profesional causados por otras personas o eventos, tales como ser despedido, no ser promocionado o ser destinado a un puesto poco apetecible.

2.- Crisis. Surgen cuando experimentamos un suceso inesperado y traumático, que no podemos controlar en su totalidad y que nos produce sentimientos de confusión o pérdida. Como ejemplos tenemos un desastre natural, una epidemia, un escándalo personal,…

3.- Dilemas éticos. Aparecen, por ejemplo, cuando observamos comportamientos poco éticos, inmorales o ilegales por parte de algún directivo dirigido hacia nosotros u otro compañero.

4.- Errores. Se producen cuando experimentamos un error de juicio procedente de un directivo o de compañeros que se traduce  en el fracaso del equipo o de la organización para alcanzar sus metas. Pueden ser técnicos, profesionales, éticos o estratégicos, por ejemplo el mal funcionamiento de un producto o servicio, una mala decisión de contratación, la pérdida de credibilidad.

Con las dificultades el aprendizaje viene de los fracasos que pueden ofrecernos unas lecciones que nos pueden traer una serie de regalos inesperados:

PRIMER REGALO: Mayor conocimiento sobre quiénes somos realmente. Las adversidades nos obligan a enfrentarnos  a cómo somos, al revelarnos limitaciones, patrones, creencias y habilidades que no veíamos o apreciábamos previamente. Este nuevo conocimiento nos va a permitir hacer nuevas elecciones basadas en lo que realmente importa, en cómo pensamos y actuamos y en lo que podemos o no podemos hacer.

SEGUNDO REGALO: Incremento de la compasión que sentimos por los demás. Una dosis importante de humildad acompaña siempre a la adversidad. Nunca es fácil aceptar que no somos perfectos, ni invencibles o inmunes ante las situaciones duras o terribles. El enfrentarnos a las dificultades podemos abrir los ojos y ser conscientes de las que afectan a los demás. Recibir apoyo y ayuda de los otros puede motivarnos para que a su vez lo hagamos con los que nos puedan necesitar. Nuestra empatía puede crecer.

TERCER REGALO: Resiliencia. Sobrevivir a la adversidad y estar dispuestos a seguir adelante nos da fuerzas para abordar nuevos retos y encarar futuras dificultades posibles. La resiliencia nos permite ser flexibles ante los cambios. Nos enseña a ser abiertos y ágiles mientras pensamos que hacer.

Cuando estamos atravesando épocas difíciles estos regalos pueden parecer irrelevantes o lejanos, pero son valiosos. Algunas recomendaciones para ayudar a vencer la adversidad son:

1.- No dejar que las dificultades ocupen toda nuestra atención. Descansar, hacer ejercicio y cuidarnos lo mejor posible. Dedicar tiempo a estar con personas que nos hagan reír y hacer cosas que nos distraigan. El tiempo de recuperación, aunque sea en periodos cortos, es esencial para el aprendizaje.

2.- No avergonzarnos de nuestros errores o fracasos. Para aprender tenemos que reflexionar sobre nuestras experiencias y hablar con los demás sobre las mismas nos puede ayudar.

3.- Evitar las reacciones de defensa. Debemos procurar no reaccionar a la defensiva cuando otras personas nos den feedback sobre lo que estamos o no estamos haciendo. Negar los problemas o intentar desviar las culpas no sirve a largo plazo.

4.- Hacer preguntas. Podemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Cómo esta adversidad se puede convertir en un nuevo reto?, ¿Qué puedo aprender de ella?, ¿Qué me pueden enseñar experiencias pasadas?, ¿Cómo me siento? , ¿Qué es lo que me dice la intuición?, ¿Qué me están mostrando mis acciones sobre lo que funciona y lo que no funciona?, ¿Qué puedo aprender de lo que los demás han hecho en situaciones similares?, ¿Qué feedback necesito buscar de los demás? O ¿Cómo esta situación me puede servir para avanzar?

5.- Mirar hacia atrás para encontrar lecciones de nuestra experiencia. Las dificultades no son la principal vía de aprendizaje, pero la experiencia si lo es, por lo que hay que dedicar tiempo para reflexionar sobre lo que hemos podido aprender de experiencias pasadas.


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